Llegan los días lindos para pasar mucho tiempo al aire libre y una de las opciones para los espacios exteriores de la casa es el deck de madera. Aquí te presentamos una guía para conocerlo un poco más y saber cómo mantenerlo.
El deck de madera es un comodín que nunca falla. Pensado para vestir los espacios en contacto con el exterior, se transformó en una de las mejores alternativas para balcones, terrazas, espacios semi-cubiertos o al aire libre, e incluso también son ideales para incorporar alrededor de la pileta porque permite caminar descalzo sin quemarse los pies ni resbalarse.
Este tipo de pisos está compuesto por dos partes:
-La estructura de base: No son más que pilotines que se disponen para recibir el piso y actuar como nivelador, y el solado.
-Los listones de madera: Forman el piso propiamente; van colocados con una cierta separación a junta abierta necesaria para que escurra el agua.
Previo a su construcción es fundamental hacer un contrapiso de cemento, tosca, canto rodado, o aplicar un recubrimiento plástico para evitar el crecimiento del pasto.
Las maderas utilizadas deben ser muy resistente a la humedad: las más habituales son las duras y semiduras (el lapacho Ipe y el Miel, teca, viraró, laurel, mara boliviana, y pino Hemlock) o el pino Elliotti, el cual requiere un tratamiento especial.
Los pisos de este tipo deben estar confeccionarlo a no menos de 15cm del piso base. Los listones tienen que permitir que madera quede aireada y tener un mínimo de pendiente para que el agua escurra (su acumulación puede perjudicarla).
El armado debe diseñarse en módulos, de modo que cada componente pueda levantarse para realizar su mantenimiento o resolver cualquier problema que surja.
Dentro de estos pisos otra opción son los sintéticos, como las planchas de polietileno de alta densidad (HDPE), poliestireno (PS) y de plástico PET, así como plásticos y aglomerados de fibra de madera.
En el caso de las maderas naturales siempre deben ser tratadas, incluso la teca caoba o las maderas prensadas porque con el agua se hinchan y luego se contraen, y esto con el tiempo hace que se agrieten o se partan.
Para el mantenimiento generalmente se usan aceites impregnantes (de teca o lino) o alguna laca con filtro UV. La aplicación debe hacerse dos veces al año para evitar el deterioro de la superficie. Para saber si el piso está bien protegido basta salpicarlo con agua, si ésta queda sobre la superficie está bien pero si es absorbida habrá que tratarlo de inmediato.
No hay que usar barnices que formen una película protectora porque con el tiempo se deterioran y se desgastan, volviéndose sensibles a la aparición de hongos e insectos.